Guía esencial para preparar un gran café
Porque cada taza cuenta.
El Equipo
La limpieza es clave. Asegúrate de que todas tus herramientas —desde el molino y los filtros hasta la cafetera— estén impecables después de cada uso.
Enjuaga con agua caliente y limpia (o límpialas a fondo) y sécalas con un paño absorbente.
Verifica que no queden restos de café molido ni acumulación de aceites (cafeol), ya que estos pueden hacer que tus próximas preparaciones sepan amargas o rancias.
¿Usas una cafetera de cápsulas o de dosis única? No te pierdas nuestra [guía de Limpieza para Cafeteras].
El Grano
Un café excepcional comienza con granos excepcionales.
El sabor final no solo depende del método de preparación, sino también del tipo de grano que elijas.
Entre los factores que influyen están:
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El país y la región de origen
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La variedad de grano: arábica, robusta o blend
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El tipo de tueste
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La textura de la molienda
Hay todo un mundo por explorar. Puedes usar un espresso tostado oscuro en una cafetera de goteo si eso es lo que disfrutas. La mejor parte: no hay reglas estrictas, solo tu gusto.
¿Quieres conocer más? Visita nuestra [guía de sabores según el tueste].

La Frescura
Compra café lo más pronto posible después del tueste.
El café recién tostado marca una gran diferencia en cada taza.
Adquiere pequeñas cantidades (idealmente cada 1 o 2 semanas) y revisa nuestra [guía para almacenar café] para mantener su sabor por más tiempo.
Y por favor: nunca reutilices los posos. Ya dieron lo mejor de sí en la primera infusión. ¿Qué hacer con ellos? Mira estas [ideas para reciclar tus restos de café].
La Molienda
Si compras café en grano, muélelo lo más cerca posible al momento de prepararlo.
Un molino de muelas es ideal porque ofrece una molienda uniforme. Los de cuchilla, en cambio, tienden a generar tamaños desiguales que afectan la extracción.
💡 Consejo: Si sueles usar un molino de cuchilla, prueba pedir la molienda en tienda con molino de muelas... ¡y nota la diferencia!
Textura = sabor.
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Si tu café sabe amargo: posiblemente está sobreextraído o molido demasiado fino.
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Si tu café sabe plano: puede estar subextraído o molido demasiado grueso.
Consulta nuestra [infografía sobre molienda] para encontrar la textura ideal según tu método.
Si pides el café ya molido, cuéntale al vendedor cómo lo vas a preparar: ¿Prensa francesa? ¿Filtro cónico o plano? ¿Filtro de malla dorada? Ellos sabrán cómo ajustarlo.
El Agua
El agua importa tanto como el grano.
Usa agua filtrada o embotellada si la del grifo tiene mal sabor u olor (como a cloro).
Si usas agua del grifo:
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Déjala correr unos segundos antes de llenar tu cafetera
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Usa siempre agua fría
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Evita el agua destilada o suavizada
Proporción café-agua
La regla general (también conocida como “Golden Ratio”) es:
1 a 2 cucharadas de café molido por cada 180 ml de agua.
Ajusta esta proporción a tu gusto. Revisa las marcas de medición de tu cafetera, y ten en cuenta que algunos métodos pierden agua por evaporación.
Temperatura del agua
Seguridad ante todo. Siempre manipula el calor con cuidado, tanto si sirves café en casa como si lo haces para otras personas.
La temperatura ideal del agua está entre 90°C y 96°C (195°F–205°F).
Si está más fría, tu café será plano. Si está demasiado caliente, perderá calidad.
Si preparas el café manualmente:
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Lleva el agua a ebullición completa
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Apaga el fuego y espera un minuto antes de verter sobre el café
Una vez servido, el café se enfría rápido. Y muchas personas añaden leche o crema, lo que también baja la temperatura.
Estudios indican que la mayoría lo bebe a unos 60°C (140°F) o menos.
☕ Lo ideal: servirlo recién hecho, caliente y fresco.

Tiempo de preparación
El tiempo que el agua permanece en contacto con el café afecta directamente al sabor:
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Goteo: 5 minutos
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Prensa francesa: 2–4 minutos
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Espresso: 20–30 segundos
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Cold brew: 12 horas de infusión en frío
¿No estás satisfecho con el sabor?
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Si está amargo: sobreextracción (tiempo excesivo)
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Si está aguado: subextracción (tiempo insuficiente)
Haz pruebas y ajusta el tiempo hasta encontrar tu punto ideal.
Disfrútalo como se merece
El café empieza a perder su sabor óptimo en cuestión de minutos.
Prepara solo la cantidad que vas a tomar o usa un termo térmico para conservarlo durante una hora.
Y no te preocupes, el café "viejo" no suele ser peligroso… solo pierde su encanto. Usa siempre tu mejor criterio.
Tómate un momento.
Inhala su aroma.
Saborea cada sorbo.
Muchas personas han contribuido para que ese café llegue hasta tu taza. Hazlo valer.